COLEGIO ENRIQUE OLAYA
HERRERA. BOGOTÁ. 2016.
ÁREA: CIENCIAS NATURALES Y EDUCACIÓN AMBIENTAL FECHA_____________
ASIGNATURA: BIOLOGÍA
SÉPTIMO PROFESORA: CLARA
ISABEL PEÑA PINEDA
NOMBRE DEL
ESTUDIANTE___________________________________________
GUÍA: TEJIDO MUSCULAR
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INDICADORES
DE LOGRO
1-CONOCER LAS CARACTERÍSTICAS DEL
TEJIDO MUSCULAR
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2-IDENTIFICAR LOS COMPONENTES DEL
TEJIDO MUSCULAR
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3-UBICAR EL TEJIDO MUSCULAR EN LOS ANIMALES
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TEJIDO MUSCULAR
El tejido muscular se divide en tres tipos:
esquelético, liso y cardiaco. Las células del músculo esquelético son muy
largas y estriadas con unas bandas perpendiculares al eje longitudinal celular
cuando se observan al microscopio, de ahí que también se le llame músculo
esquelético estriado. Las células del músculo cardiaco, o cardiomicocitos,
posean también estrías, pero se dice que es semiestriado. Estas bandas
transversales no aparecen en el músculo liso.TEJIDO MUSCULAR
Conjunto de células de un
organismo que tienen la misma función y diferenciación morfológica y que
constituyen la estructura fundamental de los diferentes órganos.
El tejido muscular es responsable del movimiento de
los organismos y de sus órganos. Está formado por unas células denominadas miocitos o
fibras musculares que
tienen la capacidad de contraerse. Los miocitos se suelen disponer en paralelo
formando haces o láminas. La capacidad contráctil de estas células depende de
la asociación entre microfilamentos y de las proteínas motoras miosina II
presentes en su citoesqueleto.
MÚSCULO ESQUELÉTICO ESTRIADO
El músculo estriado
esquelético se denomina también
voluntario puesto que es capaz de producir movimientos conscientes, es decir,
está inervado por fibras nerviosas que parten del sistema nervioso central. Los
músculos esqueléticos están conectados a los huesos a través de los tendones,
pero un pequeño número puede también aparecer en otras localizaciones como en
el ojo, en la parte superior esófago o en la lengua.
Las células que componen el músculo esquelético son
las células musculares estriadas esqueléticas, también llamadas fibras
musculares o miocitos, junto con tejido conectivo y vasos sanguíneos. Las
células musculares se asocian entre sí para formar los fascículos musculares, y
éstos a su vez se unen para formar el músculo esquelético, principal
responsable de la movilidad de los organismos. Las células musculares están
rodeadas por una lámina basal. Además. Las células musculares están rodeadas
por fibras reticulares y colágenas que forman el endomisio, cada fascículo
muscular está rodeado por otra envuelta de conectivo denso denominada perimisio
y todo el músculo por el epimisio, también tejido conectivo. Por estas
envueltas de tejido conectivo penetran y se dispersan los vasos sanguíneos y
ramificaciones nerviosas que controlan la contracción muscular.
Como se mencionó anteriormente, los músculos que no
están conectados a los huesos, o al menos no conectados mediante tendones,
tienen una organización diferente. Están conectados directamente, de una manera
más o menos difusa, al tejido conectivo de las estructuras que tienen que
mover. Entre estos destacan los que mueven los ojos, la lengua, o el esófago.
Las células musculares estriadas esqueléticas son
células muy alargadas dispuestas en paralelo formando haces o láminas. Son
células no ramificadas y presentan una longitud que puede ir desde unos pocos
mm a los 30 cm, con un diámetro de entre 10 a 100 µm. Son multinucleadas
(sincitios: dos o más núcleos compartiendo el mismo citoplasma) y sus núcleos
se disponen en la periferia celular. El aspecto estriado de las fibras
musculares se debe a la disposición especial de los filamentos de actina y
miosina de su citoplasma, conjuntamente denominadas miofibrillas, los cuales se
organizan en haces paralelos al eje principal de la célula. Las bandas oscuras
corresponden a la superposición entre filamentos actina y de miosina, y las
claras sólo a filamentos de actina.
Las células musculares, aunque pueden incrementar y
disminuir su tamaño (hipertrofia), no se suelen dividir en condiciones
normales. En la vida postnatal la reparación y crecimiento, es decir, aumento
del número de células del tejido muscular (hiperplasia), se debe a otras
células denominadas células satélite. Son células mononucleadas que se
localizan asociadas a las células musculares estriadas, entre su membrana
celular y la lámina basal. Actúan como células madre adultas que tienen la
capacidad de producir nuevas células estriadas maduras y con capacidad
contráctil.
Las células musculares están gobernadas por
motoneuronas localizadas en el encéfalo o en la médula espinal y son de
contracción voluntaria. Cada motoneurona es capaz de inervar a varias células
musculures. Se denomina unidad motora al conjunto de céluas musculares
inervadas por un mismo axón, más el propio axón. Las unidades motoras pueden
ser grandes (más de 100 células inervadas por un mismo axón) o pequeñas (con
varias decenas de células musculares inervadas por un mismo axón), dependiendo
de la precisión que se necesite para ese músculo. Más precisión implica
unidades motoras más pequeñas. Pero además, no todas las células musculares son
iguales sino que existen unas denominadas de contracción lenta y otras de
contracción rápida. Las primeras son más pequeñas, más oscuras debido a la
mayor concentración en mioglobina y poseen más mitocondrias, mientras que las
segundas se caracterizan por ser de mayor tamaño, más claras y poseen menos
mitocondrias. La actividad de cada tipo depende de las distintas necesidades
motoras. Las de contracción lenta actúan en movimientos prolongados y en el
mantenimiento de la postura, mientras que las de contracción rápida actúan en
movimientos breves e intensos. Ambos tipos de fibras se encuentran en todos los
músculos aunque con diferente proporción.
MÚSCULO CARDIACO
Como su nombre indica, el músculo cardiaco, o miocardio, forma las
paredes del corazón. Su misión es el bombeo de sangre por parte del corazón
mediante la contracción de las paredes de éste.
El músculo cardiaco está formado por
cardiomiocitos. Estas células musculares son mononucleadas, con el núcleo en
posición central. Son más cortas (unas 80 µm) y más anchas (unos 15 micrómetros
aproximadamente) que las células musculares esqueléticas, y son ramificadas.
Presentan estrías transversales cuyo patrón es similar al de las células
musculares esqueléticas, con bandas oscuras que se corresponden con la
superposición de los filamentos de actina y miosina de su citoesqueleto, y con
bandas claras que corresponden sólo a los filamentos de actina. A la membrana
plasmática de las células musculares estriadas se le llama sarcolema, la cual,
en mamíferos, se invagina para formar los discos TT, con un diámetro de unos 5
a 20 nm.
Los cardiomiocitos están unidos entre sí por los
llamados discos intercalares, que aparecen como bandas oscuras en las
preparaciones histológicas, y que son un conjunto de complejos de unión donde
se pueden encontrar desmosomas y uniones adherentes. También hay uniones
estrechas situadas a los lados de los discos intercalares. La misión de los
complejos de unión es la de mantener cohesionadas las células, siendo además
sitios de anclaje del citoesqueleto. Mientras que las uniones en hendidura
permiten la sincronización contráctil ya que comunican citoplasmas de células
vecinas de manera directa. El músculo cardiaco no se ancla a tendones.
La contracción rítmica del corazón está controlado
por el sistema autónomo, el cual ajusta la frecuencia y fuerza de las
contracciones, pero la contracción rítmica está generada por algunos
cardiomiocitos especiales que funcionan como marcapasos. Por ello al músculo
cardiaco también se le llama músculo estriado de contracción involuntaria. Las
uniones en hendidura favorecen la sincronización de las contracciones mediante
la conexión de citoplasmas de células contiguas. Por ello no todas las células
cardíacas están inervadas por las fibras nerviosas sino sólo los cardiomiocitos
marcapasos. La frecuencia cardíaca está también controlada hormonalmente.
Las células musculares cardíacas tienen muy poco
glucógeno y por ello no pueden obtener mucha energía de la glicolisis. Ello
implica que la mayor parte de su energía procede de la fosforilación oxidativa,
con un gran consumo de oxígeno. Así, cuando se produce un corte en el
suministro de oxígeno se producen daños celulares rápidamente.
MÚSCULO LISO
Al músculo liso también se le denomina involuntario o plano. Se encuentra en todas
aquellas estructuras corporales que no requieran movimientos voluntarios como
el aparato digestivo, algunas glándulas, vasos sanguíneos, útero, etcétera.
Las células musculares lisas tienen una longitud
que varía entre 20 y 500 µm y su diámetro está entre 8 y 10 µm. Son largas y
fusiformes, con un núcleo que es elongado, igual que la célula, y localizado en
posición central. A ambos lados del núcleo hay zonas de citoplasma donde se
disponen la mayoría de los orgánulos. El resto del citoplasma muestra un
aspecto homogéneo y es donde se localiza el aparato contráctil que, al
contrario que en el músculo esquelético o el cardiaco, no se organiza en
estructuras regulares o estrías visibles con el microscopio óptico. El nombre
de músculo liso se debe a que carece de dichas estriaciones en su citoplasma.
El músculo liso es rico en filamentos intermedios como la desmina y
vimentina. En general, el músculo liso contiene más o menos la mitad de
concentración de proteínas que las del músculo esquelético, sobre todo es menor
la concentración de miosina. Por otra parte, la cantidad de actina y
tropomiosina es similar en ambos tipos de músculos. Sin embargo, la miosina del
músculo liso ha de ser fosforilada para para que se produzca la activación de
la actina. El músculo liso no contiene troponina.
Se encuentra en multitud de lugares del organismo
entre los que se encuentran la pared del tubo digestivo, en los conductos de
ciertas glándulas, algunos conductos respiratorios, el útero y las paredes de
los vasos sanguíneos. La organización de las células musculares lisas es
diversa y se adapta a la función que desempeñan. Así, por ejemplo, pueden
aparecer aisladas en el tejido conectivo, formando haces muy pequeños en la
dermis, unidos a los bulbos pilosos o formando láminas concéntricas en el
aparato digestivo. El papel de la musculatura lisa en los órganos huecos es doble:
mantener las dimensiones frente a expansiones potencialmente dañinas mediante
su contracción tónica y realizar la función del propio órgano como el digestivo
con los movimientos peristálticos o la regulación del flujo sanguíneo en el
sistema cardiovascular. Existe un tipo celular denominado células
mioepiteliales que se encuentran entre los epitelios y la lámina basal que
poseen capacidad contráctil y facilitan la expulsión de los productos de
secreción de las porciones secretoras de las glándulas. El músculo liso
contiene una diversidad de células con variadas funciones.
La contracción de las células musculares lisas se
dispara por la inervación desde las células del sistema nervioso autónomo.
Funcionalmente hay dos maneras de organización de los grupos de células de
músculo liso: como una unidad o como multiunidades. En el primer caso las
células musculares lisas se suelen disponer en láminas de manera que le extremo
de una célula queda entre las zonas medias de las otras células. Entre estas
células existen uniones en hendidura que permiten que la invervación de unas
pocas células provoque la contracción en sincronía de todo el grupo. En la
organización como multiunidades cada célula es independiente, cada una tienen
su propia inervación y suelen estar aisladas unas de otras por tejido
conectivo.. El cambio en el potencial de membrana que dispara la contracción
celular, además de la contracción por inervación nerviosa está controlado por
señales químicas autocrinas y paracrinas, y por receptores asociados a canales
iónicos que detectan el estiramiento de la propia célula. El músculo liso,
aunque pueda desarrollar una fuerza muscular similar a la del esquelético,
tiene una velocidad de contracción que es sólo una pequeña fracción de la de
éste.
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